Jota Izquierdo – The Promised Land Remix

Jota Izquierdo inaugura el nuevo espacio Magatzems, con una intervención en las paredes de la sala. El resultado la palabra «WONDERLAND» que sale de la pared con un efecto de pintura saltada,decapada. Un efecto de deterioro del enlucido; en el suelo los restos del material y los escombros, prueba de lo ocurrido.»WONDERLAND» como una aparición, un milagro que reflexiona sobre el tiempo y la ilusion de los sueños que provoca…

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Actitud remasterizada

No faltan ejemplos en los diferentes ámbitos de la creación para certificar cierta necesidad de determinados autores de recrearse a sí mismos. En cine, la concepción de segundas partes acarrea un cierto malditismo, «nunca fueron buenas». En literatura tal vez pasen más desapercibidas respaldadas o no por la persistencia de los lectores, igualmente subyugados al trasiego mercantil de la industria cultural, pero en apariencia más predispuestos a los recorridos personales y a sus vericuetos. En arte, son casi una constante que tanto afecta a la reelaboración idéntica de obras en principio efímeras o biodegradables, como a la relectura de una misma idea expresada tiempo atrás. No podemos dejar de pensar que, en ambos casos, también entra en juego una voluntad especulativa, en el completo sentido del término: etimológica y popularmente.

Por lo tanto, no es tanto la importancia de la recreación como la concreción de una demanda que empieza por uno mismo. En ocasiones, cierta ideas vuelven como se comportan los ciclos, formando anillos cada vez de mayor diámetro que arrastran más contenido y lo ofrecen de manera más compleja. La persistencia de las series, la importancia de lo colectivo para siquiera alcanzar a expresar una opinión personal, es algo, esto sí, que se da en cualquier creación contemporánea. Podría ser leída como una conclusión de la «reproductibilidad técnica» y de su amortización subsiguiente, más que una propiciada por la muerte o el enfriamiento de sus auras, nunca más trascendentes.

Ya en 1968, Susan Sontag hablada de la «exigencia» de ver la obra de Godard íntegramente, pues «cada película es […] un fragmento que, en razón de la continuidad estilística de la obra de Godard, arroja luz sobre los otros». Después vino la seriación como leit motif de las trayectorias artísticasy, entre medio, las fotografías de Sherry Levine alcanzaron cualidad de paradigma con el que aniquilar las medias tintas de las referencias. Mientras tanto, y por encima de cualquier otra cosa, una extendida influencia de la música popular en todo lo circundante. El concepto de sampler tanto recoge la intención de los palpables fotocollages de entreguerras, como las posibilidades contemporáneas de archivo en la era digital, o la unificación gráfica de los blogs. Lo posmoderno es, en sí mismo, un concepto sampleado un número infinito de veces.

Sobre el doble intento de encontrar la tierra prometida, es decir, sobre la persistencia de alcanzarla a través de quince años de diferencia entre ambos, sólo es posible aducir motivos de fe. Otro término manido que, en el ámbito del arte contemporáneo, a veces se confunde con la coherencia y otras, más comúnmente, con su razón [cínica] de ser.

Álvaro de los Ángeles

Así nace un santo

Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz. Salmos 37:11

Puesto que no podemos suponer la existencia de milagros, pero la búsqueda de los mismos parece una evidencia constatable objetivamente a lo largo de la Historia, los milagros significan algo. Esta evidencia de la búsqueda de milagros confiere al significado de los milagros algo proporcionalmente valioso al hecho de que se ofrece como una constante, a pesar de que precisamente nunca se pueda suponer su existencia.

El acento cae por tanto en este afán de búsqueda, y más concretamente, en el depositario de la atención que promueve esa búsqueda tan extraña. Así, la constatación histórica de una lista de milagros apuntaría, en la atención promovida por determinadas personalidades para convocar interpretaciones que buscan atribuírselos, la evidencia de que es posible un tipo de carisma excepcional, que justamente se reconoce en la persona en proceso de santificación. Y no tanto por una fría y pragmática decisión vertical de la autoridad eclesiástica para amortizar la esforzada administración de su evangelio, sino por ese fervor popular que es el único capaz de generar el volumen de ilusiones suficiente para adornar a la personalidad carismática de un colorido ramillete de ocurrencias supuestamente milagrosas.

En este proceso milenario, el artista ha ido progresivamente trasladándose de la posición del santo a la de abogado del diablo. Pero ahora responde, artista de mi generación, ¿qué le queda al arte cuando el abogado del diablo comprende que la necesidad de desmontar la existencia del milagro por objetivamente imposible, no invalida la importancia de la existencia histórica de milagros, porque resulta suficiente su papel testimonial si demuestra, aunque sea excepcionalmente, la posibilidad de un carisma significativo?

¿Está creyendo el abogado del diablo en la importancia de los milagros después de todo? ¿Y no es semejante transformación tan repentina un fenómeno tan excepcional que cabría contemplarlo como milagroso? Y si el abogado del diablo ha hecho un milagro por la suerte de una comprensión radicalmente ampliada ¿No es otra cosa sino que se ha vuelto santo?

Y nosotros al comprender por fin el sentido del nacimiento de un santo, ¿persistiremos en actuar como fiscales que razonan de espaldas a la ilusión de la gente?

Palimpsesto de Wonderland Ain´t Cold, dentro del libro 9 del tercer volumen de memorias, Demagog-ies Our Brand New Chest.

Luis Ángel Abad

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